Gremio de Montealegre 3 - Agustín Polígono 1
¡Como cambia el fútbol en una semana! De hacer un gran partido en Pantón y traerse 0 puntos, ha pasado el Gremio a hacer un partido desastroso frente al Agustín Polígono y llevarse los tres puntos al zurrón.
A estas horas los jugadores locales aún deben de estar preguntándose que le han hecho a los Dioses para merecer tamaño castigo. Me recordó el partido a una buena película del oeste, los vaqueros del Gremio asediados, rodeados por los indios que aunque en número igual parecían cientos más.
Sin nadie que ocupara el puesto del General Custer para liderar a la tropa, corriendo como pollos sin cabeza, sufriendo un sinfin de ocasiones en contra y sobre todo amarrándose los machos para no caer en ninguna emboscada. Pero aunque alcanzados por algunas flechas, casi sin munición que llevarse a los winchester, dan un último arreón para llevarse la batalla. Alguien lo llamaría suerte del campeón, otro diría que los Dioses les compensan el resultado de la semana pasada. Yo creo que el equipo puede no tener forma física, puede perderse en los mil sistemas del entrenador, pero lo que no le falta es la fe. Fe que le permite no desesperar a pesar de no tirar a puerta, fe que le permite pasarse muchos minutos sin ver el balón y no languidecer.
Con el 0-1 y sin haber creado una ocasión clara en toda la primera parte, Fandicevic se aprovecha de una mala salida de la defensa visitante para en posición muy protestada pero claramente legal poner el empate en el marcador. Sólo Maicon Juanes con sus llegadas a línea de fondo desde el lateral puso algo de empeño en este período.
La segunda parte comienza igual pero con ocasiones más claras para el Agustín, que dominaba por completo el medio campo y se dedicaba a jugar el balón como si estuviesen solos. De haber estado Del Bosque viendo el partido alguno de sus centrocampistas serían titulares en la próxima convocatoria de la selección.
Pero a la hora de la verdad, todo lo que había pasado no sirvió para nada. En un centro desde la izquierda un remate de cabeza de Keane Sobrino acabó en el fondo de las mallas. No acababan aquí los males para los visitantes pues pocos minutos después Fandicevic nos hizo recordar aquel gol de Vieri para el Atlético de Madrid, pues pisando la línea de fondo lanzó un paralelo que evitó al portero por encima y puso el definitivo 3-1 en el marcador.
Muchas más ocasiones se sucedieron desde aquí y aunque el Agustín pudo acortar distancias merced a un gol anulado por fuera de juego, los delanteros del Gremio fallaron varias ocasiones muy claras que hubieran supuesto un castigo excesivo.
En espera de retos mayores, la semana que viene contra Allariz, el Gremio cumplió en el resultado y no en el juego. La plaga de lesiones sigue asolando al equipo y en esta semana si el transfer llega a tiempo parece que habrá algún fichaje de campanillas.
Se espera que toda la plantilla acuda el sábado al duelo con el Allariz, incluidos los lesionados, los desaparecidos y los que se borran en partidos importantes para seguir invictos. La importancia del partido lo exige y además se espera que haya tercer tiempo. Lionel Amorín se encarga de la logística, como siempre.
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